Salvador Rodríguez Mondragón participa en el Desfile de Alebrijes Monumentales un desfile incluyente
Salvador Rodríguez Mondragón es un artista visual mexicano, nacido en la CDMX en 1969. Es amante de las zoologías fantásticas y los personajes sobrenaturales. Más de dos terceras partes de su vida, han estado dedicadas a las Artes Plásticas. Titulado como licenciado en Artes Visuales por la Universidad Nacional Autónoma de México es creador de un sinfín de obras plásticas, murales e ilustraciones.
Actualmente dirige el Taller de Cartonería "Los Rodríguez" dedicado a la confección de finas artesanías mexicanas, siendo su especialidad, los alebrijes de gran calidad y colorido.
Antes de perder la vista, pintaba óleo y acuarela. Ahora solamente elabora alebrijes pequeños y cada año se prepara para participar en el desfile de alebrijes en Reforma.
Cada año se lleva a cabo el Desfile y Concurso de Alebrijes Monumentales del Museo de Arte Popular, el cual este año llega a su decimoprimera edición y se ha convertido en una auténtica tradición en la Ciudad de México.
Salvador Rodríguez Mondragón es un ejemplo de tenacidad ya que a pesar de su discapacidad visual, coordinó la fabricación de un alebrije para participar en este desfile junto con sus alumnos de Artes Plásticas en el Colegio de Bachilleres 9.
En este desfile participaron más de 185 Alebrijes Monumentales en un recorrido desde la avenidas 5 de Mayo, Juárez y Paseo de la Reforma, hasta llegar a la Glorieta del Ángel de la Independencia., mediante un recorrido de más de cuatro kilómetros.
Los alebrijes.
El alebrije es un tipo de artesanía originaria de México. Se trata de artesanías fabricadas con cartón o papel, y estructura de alambre, o con madera (tradicionalmente de copal), que se pintan con colores mayormente alegres y vibrantes. Los alebrijes son seres imaginarios conformados por elementos fisonómicos de varios animales diferentes, una combinación de varios animales, no solo fantásticos sino también reales que forman un ser fantástico.
En la técnica empleada para los alebrijes de cartón o papel se usa una estructura de alambre varilla de papel o de carrizo sobre la que se procede a dar capas con papel hasta formar un cartón de donde viene el nombre; y por último, se realiza el acabado con diversas técnicas de pintura.
Los alebrijes surgieron en la Ciudad de México, en un taller del Barrio de la Merced, en 1936. Pedro Linares, el personaje al que se atribuye la creación de los primeros alebrijes así como la invención del término mismo, era un artesano especializado en la fabricación de piñatas, máscaras de carnaval y figuras de Judas de papel maché que solía vender en mercados como el Mercado de La Merced.
Posteriormente, el dueño de una galería de arte de Cuernavaca descubrió su trabajo y así fue como la obra de Linares captó la atención de Diego Rivera y Frida Kahlo, quienes comenzaron a encargar la elaboración de más alebrijes.
El alebrije como tradición, creció después de que la cineasta Judith Bronowski filmara el documental ya mencionado acerca de Linares en el año 1975. En 1990, dos años antes de su muerte, Pedro Linares López recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría Artes y Tradiciones Populares, lo que inspiró a otros artistas que ya hacían alebrijes también. Diego Rivera decía que nadie más que Linares podía realizar las figuras que él pedía; el trabajo que Linares efectuó para Rivera se encuentra en el Museo Anahuacalli de la Ciudad de México.
En la región de Oaxaca son populares los alebrijes tallados en madera de copal. La elaboración de estas artesanías es la base de la economía de los poblados de San Martín Tilcajete y San Antonio Arrazola, donde numerosas familias trabajan en la talla de figuras que luego colorean con pintura vinílica y comercializan en las plazas, mercados y talleres de la región.
El alebrije de Oaxaca es una combinación de la tradición de talla de madera de la región y la técnica creada por Linares. Esta artesanía se introdujo en la zona de Oaxaca en la década de 1980 gracias a la realización de un taller de demostración llevado a cabo en los Estados Unidos. Dicho taller fue organizado por Judith Bronowski y contó con la participación de Manuel Jiménez Ramírez y la artesana textil María Sabina, ambos originarios de Oaxaca. La adaptación del alebrije fue perfeccionada por Manuel Jiménez Ramírez, oriundo de San Antonio Arrazola. Los diseños de Linares se adaptaron a la técnica de tallado de madera de copal, pues esta técnica era la dominada por los artesanos de la región oaxaqueña.
Después de la adaptación de Jiménez el alebrije se adoptó como artesanía tanto en San Antonio Arrazola como en San Martín Tilcajete y La Unión Tejalapan. La producción de alebrijes favoreció con desarrollo económico a la región pero también generó problemas como la deforestación de los árboles de copal. El problema de la deforestación se ha tratado de compensar mediante planes de reforestación que no han sido del todo exitosos.
Además de Oaxaca, existen algunos museos y galerías con exposición permanente de Alebrijes, como el Museo de Arte Popular, en Ciudad de México, con los alebrijes más tradicionales, y la galería de Arte Marakame, en Morelia, Michoacán, que tiene alebrijes principalmente de alta gama.
Se cree que los alebrijes en el Día de Muertos corresponden a las criaturas que aparecían en los sueños de Pedro Linares. Esta alegoría colmada de colorido, fantasía y creatividad.
Salvador Rodríguez Mondragón participa cada año en el desfile de alebrijes en Reforma.
La imaginería popular, las leyendas y la vida cotidiana, han servido de inspiración para la creación de estas figuras de dimensiones monumentales. Han tenido magnífica aceptación por parte del público, en donde se refleja el talento de los artesanos dedicados a este tipo de artesanía mexicana y al magnetismo que producen estas figuras fantásticas.
Desfile de alebrijes.
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