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II CANCIONES INFANTILES


Tomás Urtusástegui

Sé que se reunieron ustedes en este lugar para que yo les cuente cosas que viví, cosas que van desapareciendo con mis recuerdos. Muchas canciones las confundo, posiblemente no fueron así, pero es lo que me va quedando en la memoria como la música que no sé si es la que yo cantaba de niña o se las cantaba a mis hijos o a mis nietos. De lo que sí estoy segura es que la música de Cri Cri es de mi época y de la de ellos, como “El Ropero” “Di por qué, dime abuelita, di por qué”. “La Patita” “La patita con canasta y rebozo de bolita, va al mercado”,“El chorrito” ¿Se acuerdan de ésta? “ Allá en la fuente había un chorrito, se hacía grandote, se hacía chiquito, estaba de mal humor, pobre chorrito, tenía calor” Jamás me expliqué por qué en las escuelas se prohibió su música, creo que fue en tiempo de Ávila Camacho, decían que era obscena y pornográfica, que bastaba con escuchar el Chorrito que se hacía grandote, se hacía chiquito.

En la escuela o con los primos y primas cantábamos “Amo a to, matarilelire lon, qué quiere usted, matarile lire lon, yo quiero un paje, matarilelire lon, escoja usted, matarilelirelón”, “Tengo una muñeca vestida de azul, zapatitos blancos delantal de tul”, “Los pollitos dicen pio pio pio cuando tienen hambre, cuando tienen frío” “El patio de mi casa como es particular se riega y se moja como los demás”. Esta última es de tiempos de mis hijos y no del mío, igual que “Las rejas de Chapultepec, las rejas de Chapultepec, son verdes, son verdes nomás para usted”. Yo no supe hasta mucho tiempo después que era un acitrón pero si cantaba “Acitrón de un fandango, zango, zango, sabaré” ¿Alguno de ustedes sabe que es zango o sabaré? Yo no. Tampoco entendíamos “Vamos a la huerta de toro toronjil a ver a Milano comiendo perejil. Milano no está aquí está en su vergel abriendo la rosa y cerrando un clavel” ¿Quién era o qué era Milano que comía perejil y luego se dedicaba a abrir rosas y cerrar claveles? Un misterio. Tomados de la mano para hacer puentes cantábamos “ A la víbora, víbora de la mar, de la mar, por aquí pueden pasar, los de adelante corren mucho, los de atrás se quedarán, tras, tras, tras” También tomados de la mano pero ahora en círculo cantábamos “ A la rueda rueda de San Miguel todos cargan su caja de miel, a lo maduro, a lo maduro, que se volteé Tomás cara de burro” De las canciones que cantaba mi mamá recuerdo “Patito, patito, color de café, si tú no me quieres yo ya sé por qué”.

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Como competencias cantábamos el “ Este es el juego de Juan Pirulero que cada quién atienda su juego” Y sí que lo teníamos que atender sino perdíamos. Mi tía Virginia nos decía más que cantaba algo que no he escuchado en otros lugares: “El que come y canta loco se levanta, el que come y se mece, se tuerce, el que come y descansa le sale panza, el que come y habla le dan con la tabla, el que come y molesta le sale cresta”. Por supuesto que no nos gustaba nada esa canción pues nos las decían a propósito. A mis hijos yo les cantaba “Pin pon es un muñeco muy grande de cartón, se lava las manos con agua y con jabón” De niña me encantaba jugar con niños y cantar con ellos “Naranja dulce limón partido dame un abrazo que yo te pido” y todos nos abrazábamos. En tiempo de secas nos pedían que cantáramos “Qué llueva que llueva, la virgen de la Cueva, los pajarillos cantan, las nubes se levantan” Y llovía y entonces aparecían las ranas. Y ya que estábamos en el agua seguíamos con “ En el agua clara que brota en la fuente un lindo pescado salta de repente” La canción que nos daba siempre mucha risa era la de los elefantes, que lograban columpiarse en un delgado hilo de araña “ Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña”. Cosa rara, a las arañas les teníamos mucho miedo pero se les hacían canciones como el “Ché araña” de Cri Cri o el “huitzi, huitzi araña tejió su telaraña, vino la lluvia y se la llevó”.

Ahora veo que habían muchas canciones como: “A, el burro está acá, e, el burro se fue, i, el burro está aquí, o, el burro se ahogó, u…el burro eres tú”. Me faltan muchas, muchísimas, como las de las piñatas: “No quiero oro, no quiero plata, yo lo que quiero es romper la piñata” o “Dale dale dale, no pierdas el tino, por que si lo pierdes pierdes el camino”. Nos Falta la de los perritos“ De los nueve que Tenía, de los nueve que tenia uno se comió un biscocho y nada más me quedan ocho, ocho, ocho”. También habían canciones científicas y matemáticas: “Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho, y ocho diez y seis. Brinca la tablita, yo ya la brinqué, bríncala de nuevo, yo ya me cansé”.

La canción principal, la que esperamos todos porque con ella vienen los regalos: “Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David a las muchachas bonitas se las cantamos aquí”. Y por el día de hoy se me secó el seso así que hasta la próxima.

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