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Se ve que no has vivido la guerra


Pandemia

Y de repente nos topamos con lo que puede ser el reto mas grande para la humanidad de nuestro siglo: una pandemia. ¿Cuándo fue la última vez que habías escuchado esta palabra o remotamente te acordabas de su significado?

Pandemia según el diccionario significa: “enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”. Pues bien, aquí y ahora en el instante presente estamos viviendo un momento histórico para la humanidad. Tal vez no te has percatado de ello, pero el aprendizaje que esto traerá nuestras vidas será notorio para el que quiera crecer en conciencia.

Como les platiqué el mes pasado, mis padres vivieron la segunda guerra mundial en Italia y recuerdo con nostalgia una de sus frases cuando yo solía quejarme de algo que no me parecía: la comida del día, la ropa, el lugar u alguna otra de mis pretensiones de adolescente y aún adulta.

Su frase era: “Se ve que no has vivido la guerra”, una frase que realmente no entendía, porque como dice el dicho: “Nadie experimenta en cabeza ajena”. Solo la vivencia transformada en experiencia nos acerca al conocimiento.

En estos momentos me pregunto, al escuchar lo que ocurre: la queja, la incertidumbre, la burla, el temor, el miedo, la negación, la angustia, la indiferencia…

¿Qué hubiera pasado si los que estamos aquí hubiésemos vivido la Segunda Gran Guerra? ¿Tendríamos otro nivel de conciencia? ¿Nos solidarizaríamos mas los unos con los otros?

Ahora el enemigo a vencer no es el hombre o un país; ahora es un virus, una partícula microscópica que se encuentra en el límite de lo que consideramos un organismo vivo, un genoma rodeado de una cubierta proteica, mas pequeño que una célula bacteriana. Algo tan pequeño y sin embargo, tan poderoso y en ocasiones letal. Nos está poniendo en jaque en un juego de ajedrez que aún no entendemos que ya empezamos a jugar. Todos estamos en el juego por si no te habías percatado.

Qué pensarían los que tuvieron que esconderse o luchar por sobrevivir en aquellos tiempos cuando la escasez de alimentos y el peligro eran algo cotidiano. ¡Y duró seis años! Y nosotros ahora reaccionamos de muy diversas formas frente a esta crisis que vive el mundo cuando solamente han pasado unas semanas.

Una crisis que es la mejor oportunidad que se nos presenta para crecer en conciencia. ¿Vamos a aprovechar la oportunidad o la dejaremos pasar? En Semiología de la Vida Cotidiana decimos “cuando una conciencia comprende la experiencia ya no la requiere, si no la comprende tiende a repetirla”.

Se ve que no has vivido la guerra

¿Seremos capaces de comprender el para qué estamos siendo privilegiados de vivir este momento? En la guerra las personas se mataban unas a otras, ya sea por convicción o simplemente para defenderse. Recuerdo alguna vez preguntar a mi padre si había tenido que disparar a alguien en la trinchera, a lo cual me contestó, con tristeza en el semblante: “tuve que arrojar granadas, no por gusto, era mi vida o la de ellos”.

¡No me gustaría haber tenido que estar en sus zapatos! Pero ahora la vida nos la pone más fácil; tenemos comida, internet, casa, nos pone en reposo a descansar por un rato y sí, habrá quien no se podrá dar ese lujo, lo sé, pero tú que estás leyendo ¿puedes?

¿A donde quiero llegar con todo esto? A que aprovechemos la crisis para valorar lo que tenemos cerca y dábamos por descontado. Familia, amigos, salud, casa, alimento, ropa, trabajo, educación, etc.

Ha llegado el momento de establecer una nueva escala de valores, revisar nuestras creencias y ver que pensamientos se requieren modificar para lograrlo y adoptar una nueva actitud, percatándonos que en el orden de importancia, primero son las personas, luego los procesos y luego las cosas.

Te invito a reflexionar, si aún estando todos bajo el mismo techo por más tiempo, has valorado la comunicación que puedes tener con tu familia, con la cual, tal vez no estabas acostumbrado a convivir por mas de ciertas horas porque cada quien tenía sus actividades. Has pensado en compartir tus actividades con ellos o que ellos compartan las suyas.

Puedes ser fuente de inspiración o inspirarte en los tuyos valorando lo que hacen cotidianamente y que ya dabas por descontado o no valorabas. También puedes ser fuente de comprensión y tener el privilegio de poder escuchar a quien tengas cerca. Siempre habrá alguien necesite ser escuchado. Tal vez el conocimiento es lo tuyo y puedes brindarlo ahora que tienes la oportunidad. Y sobre todo no te olvides de prodigar afecto y amor a todos los que te rodean, ¡este es el momento!

Será que el mundo está comprendiendo la necesidad de comprenderse más los unos a los otros. De ser mas tolerantes, empáticos y asertivos. Podremos comprender la premisa: “Si tú estas bien yo estoy bien y el otro estará bien.” Ahora sí todos dependemos de todos, todos respiramos el mismo aire que nos une en uno solo. Si yo me cuido, cuido al otro que a su vez me cuida a mi. Nos ha llevado mucho tiempo comprenderlo. Es más ¿lo habíamos pensado alguna vez?

El astronauta mexicano José Hernández Moreno, ejemplo de superación y perseverancia, comentó al regresar durante la última misión del Discovery en septiembre del 2009 : "Dios mío tuve que viajar al espacio para ver que el concepto de la frontera es hecho por el humano, diseñado para dividirnos y qué triste porque desde la perspectiva donde estoy yo, allá abajo somos uno mismo". ¿Podremos verlo así algún día sin tener que viajar al espacio? ¿Será que el mundo nos está poniendo a prueba con lo que ocurre aquí y ahora?

Veremos en un futuro próximo muchos cambios políticos, económicos y sociales, mentalmente tenemos que estar preparados para afrontarlos. Seguro nos van a afectar a todos, de nosotros va a depender cómo queremos vivirlos, no va a ser fácil, es el reto que elegimos vivir. Pero si retrocedemos en el tiempo a la época de la post guerra, en donde las personas salieron adelante, con heridas, muchas, físicas y psicológicas, lograron superar, valorar y volver a vivir una realidad diferente que los hizo relisilientes.

Ahora puedo valorar y comprender un poco más aquella frase en la que me decían: “Se ve que no has vivido la guerra”. Si ellos pudieron, nosotros con mayor razón también saldremos fortalecidos y si asimilamos la experiencia que nos va a tocar vivir, lo haremos con un mayor desarrollo de conciencia.

Pienso que es el momento de reflexión, para agradecer esta oportunidad que nos da la vida, una oportunidad de autoconocimiento, de autoobservación, de salir fortalecidos, resilientes y empoderados para ver el mundo con otros ojos: con los ojos de la conciencia.

Creo que aprenderemos a no discriminar, juzgar u ofender a quién consideramos diferente, ignorante o inferior nosotros. Aprenderemos a ser más pacientes y tolerantes con los demás y a desear el bien común. A valorar la belleza que nos rodea y a apreciar la existencia de cada ser humano y nuestro entorno. Le estamos dando a la natura la oportunidad de regenerarse, ausentándonos un momento del caos que creamos en nuestro fin de desarrollo.

Nos falta mucho por aprender, el camino nunca se acaba, valoremos el día a día, es la oportunidad que nos da la naturaleza, el planeta, Dios o el universo, según nuestras creencias, para dar el primer paso en el desarrollo de la conciencia, de nuestra propia conciencia. Hoy, aquí y ahora.

Anna Bonissone.

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