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Mineral de Pozos: de pueblo fantasma a Pueblo Mágico de Guanajuato.


El Pueblo Mágico de Mineral de Pozos, fue un próspero pueblo minero fundado en el siglo XVIII.

Antes de la llegada de los españoles a la región, los Chichimecas que la habitaban abrían pozos de hasta seis metros de profundidad para realizar una incipiente explotación minera.

Hasta hace poco era considerado un pueblo fantasma, por llegar a tener solo 200 habitantes; sin embargo este espacio en su época de mayor bonanza casi al final del siglo XIX, llegó a ser una de las ciudades más importantes de la República Mexicana, al contar con más de 50 compañías mineras instaladas, la explotación de 360 minas, dos ferrocarriles en funcionamiento, luz eléctrica, telégrafos y drenajes.

En 1576, los conquistadores españoles construyeron en este pueblo mágico una fortaleza militar para proteger la plata que era transportada desde Zacatecas por el Camino Real de Tierra Adentro. Con la fortaleza llegaron los Jesuitas, que iniciaron la explotación minera de la mina Santa Brígida y la evangelización de los Chichimecas.

Los Jesuitas fueron expulsados de México en 1767 y el pueblo quedó estancado más de un siglo hasta que en 1888 algunos esforzados emprendedores descubrieron nuevas vetas y el gobierno les ayudó a formar empresas mineras. En 1897 el pueblo se convirtió en Ciudad Porfirio Díaz, creciendo hasta tener miles habitantes.

Todo era pujanza. En Ciudad Porfirio Díaz nacieron compañías como El Triángulo, Cinco Señores, Angustias, El Dorado, La Potosina, San Rafael y El Danubio, entre otras. Con el auge minero llegaron establecimientos como Fábricas de Francia, Fábricas de París, El Vesubio, La Fama, además de la Escuela Modelo, un hospital y varias iglesias.

Durante 1917, en pleno movimiento de Revolución Mexicana el precio de los metales en los mercados internacionales se fue a la baja, provocando falta de trabajo para sus habitantes lo que provocó el abandono de la ciudad y la venta de su equipo de manufactura a minas de Pachuca.

Para 1926 el declive en Pozos fue inminente, ya que como consecuencia del intento por reactivar sus minas con escasos estudios de subsuelo, se ocasionaron explosiones que debilitaron y estallaron un manto acuífero, provocando inundación en sus minas más productivas; esto, aunado a la guerra cristera y la inclusión de los sindicatos, contribuyeron a la expulsión de sus 60 mil habitantes, quedando el espacio tan solo como un bello pueblo desierto.

En 1940 hubo intentos de reactivar la minería, pero no hubo forma de resarcir el daño al subsuelo inundado, dejando sus vestigios solo como una ventana a la magnificencia de su pasado.

El 27 de julio de 1982 fue declarado “Zona de Monumentos Históricos” y el 16 de febrero de 2012 recibió la denominación número 49 de los llamados “Pueblos Mágicos”; atrayendo así a turismo nacional e internacional, que se dan cita para visitar los imponentes cascos de haciendas, recorrer sus minas, conversar con su gente y viajar a un pueblo que parece haberse congelado en el tiempo, pero que hoy cuenta con más de 3,500 habitantes.

Su nombre original fue “Palmar de la Vega”; al elevar su categoría en 1897 a ciudad, retoma el nombre del presidente en turno, llamándose: “Ciudad Porfirio Díaz”, su nombre actual oficial es: “San Pedro de los Pozos”.

Este sitio fue fundamental en el “Camino Real de Tierra Adentro” o “Ruta de la Plata” (Camino que unía los distintos centros mineros desde parte de Estados Unidos, pasando por Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí, entre otros, con el centro de la Nueva España, para traer los materiales de las minas).

El origen de su producción minera comenzó en 1590, cuando se instaló la primera misión jesuita con la tarea de evangelizar, sin embargo, con el descubrimiento de las vetas de mercurio, los mismos jesuitas comenzaron a explotar la primera mina de nombre: “Santa Brígida”, en cuya hacienda aún se conservan sus tres hornos “iconos del lugar”.

Llegado el siglo XX, tres factores prácticamente terminaron con Mineral de Pozos: la revolución de 1910, la guerra cristera y la inundación de las minas con aguas subterráneas. En esa época, no existían ni la tecnología ni los recursos para continuar explotando las minas y antes de 1940 la mayoría fueron cerradas. Esta rica ciudad se convirtió en un pueblo fantasma con menos de 500 habitantes; durante décadas se podía cruzar Mineral de Pozos de norte a sur sin ver a una sola persona.

Las viejas haciendas mineras, casonas, escuelas, comercios abandonados, el peculiar estilo arquitectónico basado en elegante piedra caliza, el entorno natural semidesértico, toda esa riqueza “en ruinas” ha dado forma a Mineral de Pozos, Guanajuato, un hermoso pueblo mágico que debes visitar.

En Pozos se realizan varios festivales: Festival Internacional del Mariachi, La Toltequidad, el Festival de Cine Independiente de Pozos y el Festival Internacional de Blues.

Lugares para visitar:

Rancho de la Lavanda (Lavander Farms of Pozos), donde se cultivan y procesan seis variedades de lavanda para extraer su delicada esencia.

En la tienda venden jabones, lociones, sales de cocina y de baño, así como cremas humectantes.

Exhacienda Santa Brígida y Hornos Jesuitas.

En ese lugar inicio la historia de Pozos en 1576 cuando sirvió como fuerte. Fue construido por los españoles para la defensa del Camino de la Plata en contra de los ataques de los chichimecas, de la ruta que iba de Zacatecas a la Ciudad de México.

En su época fue la mina más importante por la extracción de minerales como oro, plata, cobre, zinc, plomo y mercurio. Es la mina más antigua de Guanajuato.

En este lugar se encuentran las ruinas de los Hornos Jesuitas, tres construcciones en forma piramidal que hoy son el emblema de Mineral de Pozos. Eran utilizados para fundir los metales y separar el mineral de las rocas.

La Casa del Venado Azul.

Fábrica, escuela, tienda de instrumentos musicales, temazcal, restaurante y hospedaje.

El espacio cuenta con una sesión de musico-aromaterapia en donde se puede disfrutar el sonido de instrumentos como el chicahuaztli (palo de lluvia), atecocolli (caracol) y teponaztli (tambores).

También ofrecen talleres para aprender a fabricar instrumentos musicales y figuras decorativas.

Parroquia de San Pedro Apóstol en Mineral de Pozos.

Tiene un estilo neoclásico del siglo XVIII.

Se destaca por la cúpula blanca con pequeñas columnas rosadas. Las paredes del interior están recubiertas de frescos imitando mosaicos de la época. En el altar principal se encuentra la imagen del Señor de los Trabajos, un Cristo itinerante, popular entre los mineros cuya festividad tiene un gran auge de turismo religioso con visitantes provenientes de todo México.

La Hacienda de los Cinco Señores.

Spa de cerveza.

El primer spa de cerveza en México, en donde puedes sumergirte en un barril y tomar un baño de cerveza artesanal Vopper a 38 grados centígrados.

El Parador Turístico: cuenta con galerías de arte.

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