El epicentro del poder político: Los Pinos, un recorrido por la *intrahistoria presidencial de México
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Por: Lorena Meeser
Durante 84 años, en el corazón del Bosque de Chapultepec, Los Pinos fueron mucho más que una residencia: representaron el epicentro del poder político en México, la casa y oficina de catorce presidentes de la República.Por lo que su nombre evoca historia y poder.
El que fuera símbolo de autoridad, decisiones trascendentales y ceremonias de Estado, es ahora un espacio abierto al público: el Complejo Cultural Los Pinos, donde la memoria del poder es solo un recuerdo colectivo del México que fue.
Sus 56 mil metros cuadrados (es catorce veces más grande que la Casa Blanca) albergan no solo arquitectura y jardines, sino también las huellas del poder y de la vida privada de quienes gobernaron el país durante gran parte del siglo XX y principios del siglo XXI.
Los presidentes que habitaron "Los Pinos" fueron:

De “La Hormiga” a Los Pinos
Antes de ser conocido como la residencia presidencial, el lugar era un modesto predio llamado el Rancho La Hormiga. En enero de 1853, el doctor don José Manuel de Pablo Martínez del Río, patriarca de una de las familias más adineradas del país en los siglos XIX y XX, compró parte de las tierras y aguas de la zona conocida como Molino del Rey al Sr. don José María Rincón Gallardo (Conde de Guadalupe) por un total de dos mil trescientos treinta y cinco pesos y seis reales.

El nuevo propietario edificó en estos terrenos un rancho al que denominó «La Hormiga», porque era la más pequeña de sus propiedades, y con el paso de los años fue transformada en una residencia. En el lugar existían dos casas, caballerizas, capilla y un estanque con diferentes especies de peces y cisnes. Posteriormente, en 1856, el arquitecto José Pablo Martínez del Río construyó allí una elegante casa de campo de estilo inglés, hoy llamada Casa Lázaro Cárdenas. A lo largo de las décadas, la propiedad cambió de dueños, e incluso fue ofrecida al emperador Maximiliano de Habsburgo en 1865, aunque la transacción nunca se concretó.

El giro histórico ocurrió en 1934, cuando Lázaro Cárdenas del Río, presidente electo, decidió romper con la tradición de vivir en el Castillo de Chapultepec, que fue la residencia oficial desde Porfirio Díaz. Fiel a su convicción de austeridad y su sentir republicano, Cárdenas optó por el Rancho La Hormiga y le dio un nuevo nombre: Los Pinos, en homenaje a la huerta michoacana donde conoció a su esposa, Amalia Solórzano. Así comenzó una nueva era en la historia política mexicana.

La expansión del poder: arquitectura, estilo y decisiones
El modesto chalet original pronto resultó insuficiente para la creciente carga protocolaria y las necesidades del Ejecutivo. Miguel Alemán Valdés (1946–1952) fue el primero en impulsar una transformación arquitectónica de gran escala: mandó construir la Casa Miguel Alemán, una mansión de más de 5 mil metros cuadrados, de inspiración francesa y con lujosos acabados en mármol de Carrara. La residencia se convirtió en un símbolo del México moderno y del poder presidencial, marcando el inicio de una etapa de esplendor y formalidad institucional.

A lo largo de los sexenios siguientes, el complejo se expandió con nuevas edificaciones y adaptaciones:
Casas presidenciales adicionales: Se levantaron construcciones auxiliares para familiares, visitantes y personal de apoyo, como la Casa Adolfo Ruiz Cortines y la Casa Benito Juárez.
Salones de Estado: En los salones Venustiano Carranza, Miguel de la Madrid y Adolfo López Mateos se firmaron acuerdos, se anunciaron gabinetes y se ofrecieron cenas de gala. Muchos de estos espacios fueron escenario de decisiones que marcaron la vida del país.
Transformaciones contemporáneas: Durante el gobierno de Vicente Fox (2000–2006), parte de la residencia se adaptó como oficinas de trabajo, mientras que se modernizaron áreas recreativas y de logística, incluyendo un helipuerto, canchas deportivas, alberca y simuladores de vuelo.
Cada presidente imprimió su estilo: desde la sobriedad militar de Manuel Ávila Camacho, hasta la apertura mediática y estética moderna de Carlos Salinas de Gortari. Los Pinos reflejó en su arquitectura la evolución —y a veces los excesos— del poder presidencial mexicano.

Los jardines y la Calzada de los Presidentes
Los Pinos no solo representan poder, sino también un refugio natural dentro del Bosque de Chapultepec. Sus jardines, estanques y caminos se integran con la flora del bosque, ofreciendo un entorno sereno y simbólico.
Uno de los espacios más emblemáticos es La Hondonada, un anfiteatro natural que hoy se utiliza para conciertos, teatro y danza al aire libre.
La Calzada de los Presidentes, inaugurada por José López Portillo, rinde homenaje a los catorce mandatarios que habitaron el recinto. A lo largo de la vía se erigen esculturas de bronce en tamaño natural, una especie de desfile silencioso de los rostros que marcaron el rumbo político del país durante más de ocho décadas.

La Calzada de la Democracia
La Calzada de la Democracia, en homenaje a algunos de los personajes representativos de la lucha por la democracia que se ha librado durante el siglo XX a lo largo de esta se encuentran los bustos de José Vasconcelos, Manuel Gómez Morin, Daniel Cosío Villegas, Amalia González Caballero de Castillo Ledón, Salvador Nava, Heberto Castillo, Manuel Clouthier, Carlos Castillo Peraza y Luis Donaldo Colosio.
En esta área se encuentran también las esculturas de Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, destacados personajes de la Independencia de México, estas fueron creadas por Ernesto Tamariz y colocadas durante el gobierno de Miguel de la Madrid, también un jardín con los Bustos de Benito Juárez, Melchor Ocampo y Miguel Lerdo de Tejada, en honor a los creadores de las Leyes de Reforma.

La Casa Miguel Alemán conserva su mobiliario y estilo original, permitiendo a los visitantes recorrer los antiguos salones presidenciales.
El histórico Molino del Rey, que formó parte de las batallas de 1847, se ha convertido en el Cencalli: Casa del Maíz y la Cultura Alimentaria, un homenaje a las raíces agrícolas y gastronómicas del país.
Además, los jardines y salones funcionan como sedes de exposiciones, conciertos, talleres, ferias del libro, proyecciones de cine y presentaciones artísticas que celebran la diversidad cultural de México.
Desde 2018, millones de personas han recorrido sus pasillos y jardines, redescubriendo no solo el esplendor del pasado, sino también una nueva vocación: la de ser un espacio ciudadano y plural, donde el poder se convirtió en cultura y la residencia presidencial en patrimonio común.

Visitas
En 2019, hubo más de 2.8 millones de visitas distribuidas en mil 400 actividades culturales gratuitas. En 2023, las autoridades reportaron que en cinco años el recinto había recibido cerca de 11 millones de personas. Para finales de 2024, se anunció que el complejo celebraba seis años como “residencia oficial del pueblo de México” con más de 14 millones de visitantes acumulados.

Algunas exposiciones, festivales y actividades
“Hecho Consumado”: Exposición de 18 artistas contemporáneos que dialogan con la historia arquitectónica y social de Los Pinos. (Cabaña 1)
Querétaro en Los Pinos: Festival multidisciplinario realizado en abril de 2025, con espectáculos tradicionales, canto coral, presentaciones culturales representativas del estado de Querétaro.
Guerrero en Los Pinos: Evento que celebra la cultura y tradición guerrerenses, con danzas como las Tlacololeras de Chilpancingo, entre otras manifestaciones artísticas. Marzo de 2025.
Original, Encuentro de Arte Textil Mexicano (2024): Reunión de más de mil artesanas y artesanos de distintas regiones del país, exposición textil, pasarelas, conferencias, diálogo cultural.
Cocinas de Humo/Mercado El Solar: En 2024, más de 1,500 productores participaron en estas actividades dentro de Los Pinos, enfocadas a la cultura alimentaria, productos tradicionales, agroecológicos, fomentando lo local y lo tradicional.

*La intrahistoria es el concepto, acuñado por Miguel de Unamuno, que se refiere a la vida tradicional y cotidiana de un pueblo, la "historia por dentro" y silente que subyace y conforma a la "gran historia" de los hechos y personajes públicos que suelen ocupar los relatos históricos oficiales.
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