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Querétaro destino artesanal: tradición, identidad y comercio justo

  • visionempresarial
  • Jun 12
  • 6 min read

Querétaro hecho a mano: donde la artesanía guarda la memoria

En ocasiones, pensar en un obsequio es más difícil de lo que parece. Los gustos de aquella persona a quien se le regala algo por cumpleaños o solo por dar un detalle, suele complicar la elección cuando preguntas tan sencillas como ¿le quedará? ¿lo usará? ¿le gusta ese color? ¿ya tiene muchas así? No tienen una respuesta clara.

Sin embargo, paseando por el centro de la ciudad de Querétaro caí en cuenta que, si hay algún obsequio que rompe de alguna manera con esas dificultades, es la artesanía: es la transformación de algún lugar en un objeto. Una artesanía tiene ya una imagen de su origen, una imagen del esfuerzo y el cuidado en cada detalle, de unas manos hábiles sin rostro, incluso la imagen de un linaje, la imagen de otros tiempos.

En el corazón colonial de la capital queretana los andadores Libertad y Vergara Sur fueron durante años conocidos por ser de los corredores artesanales más importantes del centro. Hoy en día, se les ha dado un lugar más amplio para albergar a otras familias de artesanos en el Mercado Artesanal que se encuentra dentro del Centro de Desarrollo Indígena, ubicado en la calle de Allende sur #20, a solo un par de cuadras del Jardín Zenea. Si bien la variedad de puestos es amplia, no es sencillo encontrar algunas piezas regionales que han guardado la tradición de sus comunidades y han dado identidad a sus propias localidades al interior del estado.

El único refugio para estos trabajos excepcionales está en la Casa Queretana de las Artesanías, cuyos escaparates se encuentran en el número 52 del Andador Libertad, en los alrededores de la icónica Plaza de Armas, punto de encuentro de distintas generaciones de habitantes, turistas, funcionarios, comensales y miles de transeúntes que cruzan esta plazuela a diario.

La Casa Queretana de las Artesanías concentra gran parte de los trabajos textiles, en cerámica, alfarería, talabartería, tejidos vegetales, lapidaria y cantería, así como objetos de madera elaborados en los diferentes municipios del estado. Una buena muestra del talento queretano que no es fácil de encontrar más allá de los talleres familiares o en este punto de venta del Centro Histórico de la capital.

En este lugar de promoción artesanal pueden encontrarse bordados a mano de Arroyo Seco, Jalpan, Peñamiller, Pinal de Amoles, Querétaro y Landa de Matamoros; deshilados de Pedro Escobedo; deshilados, randas y burgalesas de Tolimán; tejidos de malla, bordados y deshilados de San Joaquín; bordados, deshilados y puntos de cruz originarios de Amealco. También pueden encontrarse los tejidos tradicionales de lana, originarios de los municipios de Ezequiel Montes y Colón, que son trabajados en telares de pedal que en algunos casos tienen más de 100 años de antigüedad. Además, dentro de los textiles, también se encuentran los tejidos en telares de cintura provenientes de Tolimán, Amealco y Landa de Matamoros, como parte de una tradición artesanal de varias generaciones.

En los trabajos en cerámica y alfarería, destacan las cerámicas punteadas de alta temperatura de Ezequiel Montes y las de Colón, así como las piezas de barro natural de Amealco y Landa o de los barros vidriados de Jalpan de Serra y Cadereyta de Montes.

En el Pueblo Mágico de Cadereyta se elaboran piezas de talabartería enfocadas principalmente a las guarniciones para caballería y cinturones; mientras que, en el municipio de El Marqués, en la comunidad de San Vicente Ferrer, se elaboran bolsas, carteras, chamarras y otros accesorios con piel de manera artesanal.

Los tejidos con fibra vegetal también son un referente artesanal en diversos lugares del estado. Por ejemplo, los tejidos en ixtle de Peñamiller o de la comunidad de Villa Progreso, municipio de Ezequiel Montes; o los tejidos de barbas de pino que crecen en Landa de Matamoros o Pinal de Amoles. En Jalpan realizan tejidos con palma; en Tequisquiapan es una tradición la cestería de vara y mimbre; en Amealco los tejidos de tule y fibra de nopal, y en Cadereyta también se encuentran artesanos que tejen con vara de sauz y raíces de sabinos.

Para los trabajos en piedra y cantera, no hay como las esculturas que tallan los artesanos de la comunidad de Escolásticas, en el municipio de Pedro Escobedo, pero las esculturas que realizan canteros de El Marqués o en Huimilpan también son dignas de admiración. Por otra parte, las minas de ópalo que se encuentran en Tequisquiapan han dado la materia prima ideal para la elaboración de excelentes piezas de joyería y decoración que hacen los artesanos de este municipio como de San Juan del Río o Ezequiel Montes.

Finalmente, los trabajos en madera también están cargados de tradición, como sucede con las piezas y máscaras que elaboran en Cadereyta de Montes, Pedro Escobedo o Corregidora, las cuales se utilizan principalmente para las fiestas patronales donde cumplen un papel simbólico específico dentro de sus usos y costumbres. 

Las muñecas artesanales

Desde que Lele obtuvo el nombramiento de Patrimonio Cultural de Querétaro, en 2018, paulatinamente se han reconocido otras manifestaciones culturales en diferentes municipios de Querétaro.

Lele, originaria de la comunidad otomí de Santiago Mexquititlán, municipio de Amealco, se ha transformado también en un símbolo de las raíces queretanas, pero las familias de artesanas han llevado la tradición más allá y ahora es posible encontrar versiones para el día de muertos, estilo “Frida”, y otros modelos que han ampliado la comercialización de esta muñeca, con variaciones del vestido típico de las mujeres otomís de Amealco.

Sin embargo, es notable la importancia que tiene la muñeca Donxü en los pueblos originarios de Amealco, pues su tradición textil tiene más de dos siglos en la comunidad otomí de San Ildefonso Tultepec, de donde es originaria. Sus atuendos poseen un grado de complejidad en los patrones de los bordados que utilizan, algunos directamente heredados de los símbolos y la tradición prehispánica.

El auge de estas muñecas de Amealco ha permitido que mujeres artesanas de otros municipios hagan visibles las muñecas que elaboran en sus propios municipios, como es el caso de “Lupita” o “Tenchita”, originaria de Tolimán; “Pueblito”, de la cabecera municipal de Corregidora; o la muñeca “Meráki”, de Jalpan de Serra. Todas ellas representaciones de los valores que encarnan las mujeres en sus respectivas comunidades.

Detrás del objeto.

Las artesanías son más que un objeto decorativo, más que el souvenir de una visita. Una pieza carga toda la paciencia y técnica de sus artífices, más aún cuando el comprador en carne propia puede ser testigo del esfuerzo y meticulosidad con que labora un artesano o artesana: la artesanía se transforma en experiencia.

Recuerdo mi visita a los talleres de Cerámica Servín, el largo trayecto a la comunidad de Villa Progreso, la aridez del entorno, la casa llena de plantas que contrastaba con la sequedad del ambiente, las calles empedradas y polvorientas. Dentro, anaqueles, piezas por decorar, los hornos, las niñas y jóvenes aprendiendo a colocar cada una de las gotas de esmalte que terminan creando caleidoscopios y fractales finos que son el sello de la casa, la paciencia con que colocan cada punto con el pincel, acercando una taza, una jarra, tanto al rostro para no perder un detalle milimétrico que resulta en una pieza de vajilla artística que vale cada centavo de su precio.

Recuerdo haber visitado los talleres de las familias artesanas de Amealco, a los niños pisando el pedal de la máquina de confección, a los padres cosiendo el cabello, a las niñas tranzando las diademas bajo la luz tenue que ingresa a través de la ventana de un amplio cuarto de hormigón, a las jefas de familia vestidas con el traje típico, prácticamente replicándose en un pequeño juguete que décadas atrás servía a las niñas para entender su rol en la comunidad tras el simple juego, que ahora se ha convertido en el souvenir más famoso de Querétaro.

En Colón, los telares sostenidos con maderas que rondaban el siglo y las manos de los viejos atravesando la punta enmadejada entre los largos hilos de lana; en Escolásticas, a los canteros tallando con lija el rostro de un Virgen María entre el polvo blanquecino que parece llenar el terreno al aire libre; en Tequisquiapan tejiendo las varas para crear una huevera, una canasta…

Querétaro ha buscado hacer del trabajo artesanal una experiencia para el turista, una fusión entre tradición, cultura y economía con el fin de aportar algo a la pérdida casi natural de la tradición que han tenido las familias de artesanos con los nuevos tiempos. La artesanía también es resistencia, y consumirla es aportar al rescate del pasado.

Si busaca más información, no dejes de visitar las redes sociales y sitio web oficial de la Secretaría de Turismo del Estado de Querétaro, como www.queretaro.travel


 
 
 

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