Querétaro, el marco perfecto para tu boda

El turismo de romance, que comprende la realización de bodas, despedidas de solteros, reuniones de compromiso, luna de miel, aniversarios, entre otros, se ha transformado en un rubro de gran relevancia para el sector turístico, dado que la gran derrama económica que genera ronda cifras altamente competitivas con otros tipos de turismo tradicional en algunos lugares del país.

En México, que recibe el 23% del mercado mundial del turismo de romance, llegan a celebrarse alrededor de 600 mil bodas al año, de acuerdo a datos de la Secretaría de Turismo de la federación.

Entre los lugares que reciben mayor cantidad de usuarios de turismo de romance, se encuentran la Riviera Maya, Los Cabos, Puerto Vallarta y Mazatlán, en los destinos con playa; mientras que, al interior de la República, se encuentran San Miguel de Allende, Querétaro y Puebla.

En este sentido, el turismo de romance se ha sumado a las diversas ofertas que mantienen al estado de Querétaro como uno de los destinos turísticos más importantes del país, y el segundo de todos los destinos sin playa, gracias al reconocimiento de sus atractivos económicos, industriales, históricos, sus riquezas naturales, culturales, así como la constante generación de nuevas ofertas turísticas a lo largo y ancho de su territorio, lo que, de hecho, han sido factores que influyen en las parejas a la hora de elegir a esta entidad como lugar para realizar sus preciados enlaces matrimoniales.

La preferencia de las parejas que buscan contraer matrimonio por elegir a Querétaro como lugar para realizar este evento al interior del país, después de los destinos de playa, y esto responde a diversos factores.

Entre estos motivos, se encuentra la saturación de bodas que se celebran en el municipio de San Miguel de Allende, en Guanajuato, principal destino de bodas en el centro del país; sin embargo, las razones implican más elementos que posee el estado de Querétaro.

La Secretaría de Turismo del Estado de Querétaro ha detectado que, en este mercado en constante crecimiento, la entidad cuenta con diversas ventajas para colocarse entre los principales destinos del país para realizar bodas.

En primer lugar, la ubicación geográfica de Querétaro permite a los novios organizar una boda en un estado céntrico y atractivo. En Querétaro convergen todos los caminos que se dirigen al norte, noroeste y al sur a través de la Ciudad de México y el libramiento hacia Puebla, lo que logra una conectividad única entre toda la república.

Por otra parte, el estado mantiene una excelente reputación nacional por su seguridad y constante desarrollo económico industrial, lo que representa una ciudad con la infraestructura necesaria y capacidad de aportar diversas ofertas y gran cantidad de proveedores de servicios turísticos ideales para cualquier visitante foráneo, sin olvidar la gran belleza de la ciudad capital, con sus atractivos coloniales e arquitectura excepcional, legado de siglos de historia.

Si hay algo importante para contraer nupcias, son las iglesias, pues se vuelve el marco esencial para uno de los momentos esenciales. Querétaro cuenta con un profundo pasado religioso que se refleja en los más de 15 templos que se encuentran en el centro de la ciudad capital, nombrada Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, y que cuenta con verdaderas joyas arquitectónicas. Templos como el de Santa Rosa de Viterbo, San Agustín, la catedral de San Felipe Neri, el templo de San Antonio de Padua, incluso el templo de Santa Clara (que posee uno de los retablos barrocos más impresionantes de Querétaro), son magníficos ejemplares de la arquitectura barroca que agregan a la ceremonia un entorno fascinante.

Las haciendas coloniales, adecuadas por servidores turísticos en verdaderas bellezas, se han convertido en locaciones predilectas para los organizadores de bodas; mientras que el gran desarrollo enoturístico en el semidesierto queretano ha sabido aprovechar los espléndidos paisajes.

Lugares hay casi tantos como bodas en el estado: cada año alrededor de mil ochocientas parejas pronuncian el «sí, acepto» en Querétaro. Salones, haciendas, viñedos, casonas, jardines, antiguos cascos; con vistas a un río o presa, con una capilla sin techo, pero cuyos elementos derruidos son hermosos; con un monolito al fondo; por la noche o desde el mediodía, en los meses estivales de cielo espléndido o en aquellos en los que aprieta el frío; de rigurosa etiqueta o con margen para la informalidad; en la ciudad o a kilómetros de distancia de ella; campestres o urbanas. Sea cual sea la elección, lo más probable es que, salvo el mar, con lo que desafortunadamente no hay nada que pueda hacerse, la boda pueda ajustarse a cualquier idea en esta región.

Pero una boda es más que la boda misma. En ocasiones, para los invitados es todo un fin de semana orbitando a los novios, en los momentos previos a la celebración, como las cada vez más frecuentes fiestas rompehielos —en las cuales, de manera íntima, los invitados cercanos se conocen un poco más antes del gran día. Para ello, un viñedo de la región de vinos, puede ser una opción interesante. Actualmente, distribuidos en 11 municipios del estado, existen más de 30 casas vitivinícolas registradas, de las cuales la gran mayoría cuenta con espacios adecuados para ofrecer espléndidos marcos que han transformado estos viñedos en una de las grandes preferencias de novias y de wedding planners, para otros momentos importantes alrededor del día más especial.

Querétaro, además, cuenta con un profundo pasado religioso que se refleja en los más de 15 templos que se encuentran en la ciudad capital, nombrada Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, y que cuenta con verdaderas joyas arquitectónicas.

Todos estos elementos, sumados a la gran cantidad de ofertas turísticas para los visitantes que acuden a las bodas, han contribuido a mantener un lugar privilegiado entre los destinos turísticos del país, además de formar un área de oportunidad para lograr un mayor desarrollo económico dentro y fuera del estado.