Santiago de Querétaro: la ciudad donde la historia se entrelaza con la leyenda a 494 años de su fundación
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- Jul 25
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Updated: Nov 13
Por: Lorena Meeser

Querétaro, ciudad emblemática en el corazón de México, conmemora este 25 de julio el 494º aniversario de su fundación. Su rica historia no solo se encuentra en las crónicas coloniales, sino que se remonta a épocas milenarias, cuando fue habitada por culturas originarias como los otomíes, purépechas y chichimecas. Vestigios de estas civilizaciones ancestrales aún se conservan en imponentes sitios arqueológicos como Toluquilla, Ranas y El Pueblito, testificando la profunda raíz prehispánica de este lugar.

Origen y significado de un nombre con historia
El nombre “Querétaro” encierra una riqueza lingüística y cultural que refleja la diversidad de sus raíces. En otomí, la región era conocida como Maxei o Ndamaxei, que se traduce como “lugar del juego de pelota”, haciendo alusión a la importancia de esta práctica en las culturas mesoamericanas y sugiriendo la existencia de antiguos centros ceremoniales. Otra interpretación, proveniente del purépecha, sugiere que deriva de k’eri irétarho, que significa “lugar del gran pueblo”. Estas versiones confirman que el territorio ya era un importante y vibrante asentamiento indígena mucho antes de la llegada de los españoles. La pluralidad de significados subraya la relevancia estratégica y cultural que Querétaro ostentaba desde tiempos inmemoriales.

Fundación: entre la historia y el milagro celestial
La fundación de Querétaro es una de las pocas en el país que mezcla de manera indisoluble la historia con la leyenda. El 25 de julio de 1531, día de Santiago Apóstol, se consagra como la fecha de su fundación. La tradición oral, transmitida de generación en generación, cuenta que el conquistador español Hernán Pérez Bocanegra y Córdoba, en alianza con el cacique otomí Conín —bautizado posteriormente como Fernando de Tapia, figura clave en la pacificación y organización inicial de la región—, pactaron con los indígenas locales una singular batalla ritual en el Cerro del Sangremal.
Sin el uso de armas de fuego, el enfrentamiento, que buscaba evitar un derramamiento de sangre mayor, fue dramáticamente interrumpido por un fenómeno celestial: un eclipse solar asombroso, la aparición de estrellas en pleno día y, lo más impactante, la visión de una cruz luminosa en el cielo acompañada del Apóstol Santiago a caballo, blandiendo su espada. Este suceso, interpretado unánimemente como un milagro divino, motivó la rendición de los chichimecas y marcó el nacimiento de la ciudad con el nombre de “Santiago de Querétaro”. Aquel momento quedó inmortalizado para siempre en el escudo de armas de la ciudad, donde se observa la cruz milagrosa, el apóstol a caballo y el cielo estrellado, un testimonio perenne de su origen. De hecho, la cruz de piedra labrada en aquella época aún se resguarda con devoción en el altar de la histórica Iglesia del Convento de la Santa Cruz, un punto de referencia para entender la profunda fe y la singularidad de esta fundación.

Títulos, reconocimientos y símbolos de identidad
La importancia de Querétaro fue rápidamente reconocida por la Corona Española. En 1656, el virrey otorgó a la ciudad el prestigioso título de “Noble y Leal Ciudad de Santiago de Querétaro”, ratificado oficialmente por la Corona en 1712, lo que le confirió un estatus privilegiado dentro del virreinato de la Nueva España.
Uno de los emblemas más reconocibles y majestuosos de la ciudad es, sin duda, el Acueducto. Construido a partir de 1726 por el visionario Marqués de la Villa del Villar del Águila, Juan Antonio de Urrutia y Arana, esta monumental obra de ingeniería hidráulica del barroco novohispano es un testimonio del ingenio y la grandeza de la época. Con sus impresionantes 74 arcos y una altura que alcanza hasta los 28 metros, el Acueducto no solo resolvió la vital necesidad de abastecimiento de agua para la creciente población, sino que se erigió como un símbolo indiscutible de la ciudad y un prodigio arquitectónico de su tiempo.

Testigo clave y protagonista de la historia nacional
Querétaro ha sido, a lo largo de los siglos, un escenario crucial en la conformación de la nación mexicana, ostentando el honor de ser tres veces capital de la República Mexicana.
Durante la invasión estadounidense de 1847, la ciudad acogió al presidente Manuel de la Peña y Peña, convirtiéndose en el refugio del gobierno en momentos de crisis. Un año después, en 1848, fue escenario de la histórica firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, un doloroso acuerdo que puso fin a la guerra y resultó en la cesión de más de la mitad del territorio nacional a Estados Unidos, un episodio que marcó profundamente el destino de México.
Pero Querétaro no solo fue testigo, sino protagonista del movimiento independentista. En sus calles y recintos, especialmente en la icónica Casa de la Corregidora, se fraguó la conspiración de 1810, encabezada por la valiente Doña Josefa Ortiz de Domínguez y el corregidor Miguel Domínguez, sembrando las semillas de la libertad.
Más adelante, fue sede del juicio y, tristemente, del fusilamiento del emperador Maximiliano de Habsburgo, junto a sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, el 19 de junio de 1867 en el Cerro de las Campanas, un evento que selló el fin del Segundo Imperio Mexicano y consolidó la República.
Finalmente, en 1917, el majestuoso Teatro de la República (originalmente conocido como Teatro Iturbide) albergó el Congreso Constituyente que promulgó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el documento fundamental que aún rige el país. Este recinto es un símbolo viviente del constitucionalismo mexicano y de la búsqueda de justicia social y derechos para todos los ciudadanos.

Un patrimonio cultural y artístico de la humanidad
Querétaro ha sido no solo un crisol de eventos políticos, sino también un semillero del pensamiento ilustrado y del desarrollo educativo. Se enorgullece de albergar la tercera universidad más antigua del continente americano (la Universidad Autónoma de Querétaro, que hunde sus raíces en el Real Colegio de San Francisco Javier, fundado en 1625), destacando su papel como faro de conocimiento.
En sus recintos históricos, como la Casa de la Corregidora, el Museo Regional, el ex Convento de San Agustín (actual Museo de Arte de Querétaro) o el Palacio de Gobierno, late la memoria de una ciudad que ha sido un faro cultural del centro del país.
El reconocimiento mundial llegó en 1996, cuando el Centro Histórico de Santiago de Querétaro fue inscrito en la prestigiosa Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta distinción reconoció su singular traza urbana barroca, su inigualable riqueza arquitectónica, que incluye plazas, jardines y templos coloniales de impresionante belleza —como Santa Rosa de Viterbo, San Francisco, el Carmen o la Congregación—, y su papel fundamental en la historia de México. Querétaro conserva un patrimonio vivo y vibrante, que invita a explorar sus rincones y descubrir sus secretos.

Corazón geográfico y polo de desarrollo moderno
Ubicada estratégicamente en el centro del país, Querétaro es también un claro ejemplo de modernidad y progreso. Su explosivo crecimiento industrial, tecnológico y educativo la han convertido en un punto clave del desarrollo económico nacional. Alberga una de las zonas metropolitanas de mayor crecimiento en México, atrayendo inversión y talento, y representa un modelo exitoso de descentralización política y cultural, ofreciendo una alta calidad de vida y oportunidades para sus habitantes.

Una ciudad viva, casi cinco siglos después
A 494 años de su fundación, Santiago de Querétaro se reafirma con orgullo como cuna de la Independencia, bastión de la Constitución y joya patrimonial de la humanidad. Su legado trasciende sus impresionantes edificios y monumentos; vive en sus arraigadas tradiciones, en la riqueza de su gastronomía, en la calidez de su gente, y en cada rincón que guarda una historia por contar. Querétaro no solo ha sido testigo de la historia de México, la ha protagonizado de manera indeleble, y sigue escribiendo nuevos capítulos en su ya legendario devenir.

Querétaro: Patrimonio de la Humanidad.
Cuna de la Independencia de México, Querétaro es una de las 11 ciudades mexicanas pertenecientes a la Lista del Patrimonio Mundial.
El lugar es un legado que simboliza su población multiétnica y la mezcla de siglos de historia, arte y cultura, conventos, templos, fuentes, jardines, casonas y construcciones de gran valor histórico como el Palacio de la Corregidora, la Casa de la Marquesa y su emblemático acueducto. El Centro Histórico es uno de los cuatro Patrimonios de la Humanidad declarados por la UNESCO.
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